HABLEMOS DE TEATRO COMO HERRAMIENTA EDUCATIVA
- ETM
- 17 mar 2020
- 16 Min. de lectura
Actualizado: 6 may 2020
PREGUNTAS Y RESPUESTAS.
ALBERTO SÁNCHEZ, CLAUDIA MILLÁN, RAFA ALFÉREZ, PAULA VILLALOBOS, SIMO CHALLAÛI Y ANA CONTRERAS POR GUADALUPE RODRÍGUEZ.

MÁS OPCIONES PARA SEGUIR RODANDO
Alberto y Simo compartieron escenario por primera vez el año pasado en “Yerma”, adaptación al mundo árabe de la obra de Federico García Lorca. La actuación les ha servido para darle forma a otros proyectos que pretenden desarrollar en unos años. Pasemos a saber un poco más estos dos actores.
ALBERTO SÁNCHEZ: CÁMARAS Y ACCIÓN
Alberto pasó de tartamudear en funciones escolares a que el teatro se convirtiese en su método de escape. En una sociedad llena de “carcasas vacías” él trabaja y se esfuerza por ir llenando la suya de aprendizaje y talento. Destaca la pasión que pone en todo lo que hace y la facilidad que tiene para evocar escenarios y situaciones con palabras asentadas en sus guiones teatrales. Él ve la escritura como una herramienta para crear puentes entre los actores y el guionista, una manera de tejer y materializar los sentimientos compartidos.

SIMO CHALLAOUI: RITMO EN MOVIMIENTO
Simo engulló su infancia entre pasos de baile, pasos que le llevaron a aparecer en la Escuela de Teatro de Montilla como un oasis en el desierto. Su llegada, entre música y piruetas, llenó el aula de luz. Para él el baile es una forma de expresión en la que puede ser el mismo, donde el talento y lo diferente se convierte en unicidad y belleza.
Actualmente estudia su primer año del Grado Medio de Actividades Comerciales en Córdoba, pero su sueño se cumplirá cuando comience sus estudios en la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga.

Beneficios personales y mejoras que creéis haber obtenido mediante el teatro.
Alberto: Antes de empezar teatro era otro tipo de persona, me quedaba conmigo mismo y así me sentía seguro. Algunos pueden pensar que es un canal por el cual expresar tus cosas, pero yo lo utilizo para expresar mis emociones. A través del teatro te conoces un poco mejor y empiezas a dominar mejor las conversaciones, que se llenan de musicalidad. Es en los momentos en los que actúo, cuando me convierto en personaje en mi vida, me vendo y me desligo de mi yo real.
Claudia: Antes de hacer teatro reprimía mis emociones, ahora focalizo más en el personaje, me disocio de Claudia. Tienes que plasmar un personaje, por lo que acabas superando la vergüenza, sentirte ridícula y te quitas los miedos a que te juzguen. A mí actuar me evade de los malos momentos.
Rafa: Al principio, cuando entré en el grupo, tenía miedo de ver a gente con más experiencia. A mí me ha ayudado a conocer a gente que tiene los mismos gustos que yo, también he aprendido cosas de otras culturas, como el año pasado con Yerma, el hecho de investigar sobre la cultura árabe me ha abierto la mente. También me ha servido para ver a las personas tal y como son y “no juzgar el libro por su portada”.
Paula: El efecto más inmediato que yo he visto ha sido como ha cambiado mi actitud respecto a un público. Lo veo cada vez que tengo que hacer una exposición en el instituto, que, aunque me de muchísima vergüenza, me siento más segura. También el haber aprendido a proyectar la voz me hace mantener la atención de los que me rodean cuando estoy hablando sobre cualquier tema. Corporalmente siento que soy capaz de controlar mi cuerpo. Así podría pasarme hablando de sus beneficios durante horas, es fabuloso; todo el mundo debería probar alguna vez en su vida.
Simo: Tengo que decir que siempre me ha interesado el mundo artístico y he querido formar parte de él. Pero también es verdad, que muchas veces por vergüenza o por miedo me frenaba o me cohibía. Gracias a la Escuela de Teatro de Montilla pude dejar libre toda la locura que tengo dentro de mí y pude mostrar a los demás mi faceta artística.
Cuando entrasteis en teatro, las primeras semanas ¿qué visión teníais de la gente que formaba parte de la compañía? ¿tenéis ahora una visión diferente sobre ellos? ¿creéis que si no hubiera sido por la escuela os hubierais conocido?
Rafa: En un principio, yo conocía a la gran mayoría de vista, pero algunos si no hubiese sido por el teatro, no los habría conocido.
Claudia: Te das cuenta que la escuela es un sitio en el que no importa la edad, porque ves a todos como compañeros.
Alberto: Conocía a muchos de los compañeros, pero estos años los he conocido desde otra perspectiva, gracias al teatro. Recuerdo que el primer día que fui a clase, estaban calentando y vi a mis compañeras riendo de una manera tan sana, que me invadió esa misma sensación.
Paula: Yo entré el segundo año conociendo ya a dos de mis compañeros, Rafa y Claudia. El resto de ese año fue más que suficiente para entablar una relación de amistad con todo el grupo joven. Hacíamos incluso cenas en Navidad. Luego nos empezamos a mezclar con los otros grupos y ya ahí fue la bomba. Me ha sorprendido la poca barrera que supone la edad a la hora de hacer amigos. La gente que he conocido en la escuela, me la llevo para siempre.
Simo: Recuerdo tener mucho miedo al ser uno de los últimos en entrar. Estaba muy nervioso, porque no sabía si encajaría. Finalmente me he llevado no solo unos grandes compañeros y amigos, sino una gran familia, en la que cada uno transmite lo mejor de sí mismo.
Como ya habéis comentado, la Escuela de Teatro de Montilla tiene alumnos de muchas edades. Cuando explicáis a vuestros amigos cómo son las clases y las personas que acuden a las mismas, ¿qué reacciones o comentarios tienen ellos al respecto?
Claudia: Mucha gente cree que el teatro es solo llorar o reírse y que somos personas raras, frikis, gays, etc. Les cuesta entender que actuar no es eso y que va más allá.
Alberto: Pienso que somos de otra pasta. Cuando hablo sobre teatro con mis amigos o conocidos, piensan que es un club, una panda de gente que se reúne para hacer frikadas. La gente no siente lo que yo siento aquí y es difícil de explicar si no te das la oportunidad de vivirlo.
Rafa:Cuando hablo de teatro con otras personas, la pregunta que a todos les ronda por la cabeza es ¿no te aburres?. También les choca que no estemos solo con gente de nuestra edad y piensan que es difícil conectar entre edades tan dispares. Simplemente esto sucede porque no tienen visión de grupo que tenemos nosotros.
Paula: A la gente le sorprende un poco que haya tan buena relación entre gente de edades tan dispares, pero cuando algunas de mis amigas han visto una obra nuestra y han percibido la evidente conexión que hay entre nosotros y nosotras, lo ha comprendido mejor.
Simo: Mis amigos siempre me han preguntaban si yo encajaba con la gente mayor y mi respuesta siempre ha sido la misma: en la escuela no existen edades, no importa si eres más grande o más pequeño, siempre encajas. Nosotros simplemente somos un grupo de personas que comparten una misma pasión, el teatro.
La Escuela de Teatro de Montilla ha organizado actividades extraescolares para los centros escolares de Montilla, en las que se acudía a ver una obra de teatro. Al tener la oportunidad de actuar ante compañeros, ¿qué dudas/preguntas habéis escuchado tras vuestra actuación?
Claudia:Tiene curiosidad por saber cómo somos capaces de aprendernos textos tan largos.
Rafa: La vergüenza. Por ejemplo, en el “Mesón de la Camacha” teníamos que hacer una escena gimiendo y tras verla, muchos compañeros me preguntaron si no me había dado vergüenza. Pero no fue así porque hacía mi personaje y estaba centrado en él.
Alberto: Como ha dicho Claudia, suelen preguntar sobre el texto, porque se ve algo inalcanzable el aprenderse tanto diálogo. Cuando te felicitan te lo comentan desde una perspectiva que muestra que ellos no serían capaces de hacerlo. Por lo que todas preguntas van enfocadas a eso “¿no se te olvida nada de ese texto tan largo?”, porque les parece algo muy complicado.
Paula: Es básicamente lo que han dicho Rafa y Claudia, el texto y la vergüenza. ¡Y lo peor es que no sé cómo explicarles que eso es lo de menos!
Simo: Comparto con los compañeros la misma respuesta, ya que lo que me suelen preguntar es sobre cómo soy capaz de hacer todo eso sin sentir vergüenza.
Al entrar en la Escuela de Teatro de Montilla, ¿qué dudas os surgieron cuando llegasteis? ¿Qué dudas les pueden surgir a los que quieren empezar?
Rafa: Mi duda era si íbamos a hacer una obra a final de curso, porque al principio pensaba que era un taller de teatro donde te enseñaban a mostrar las emociones que requiriese el personaje. Finalmente, me di cuenta que era una escuela de teatro (risas). Al venir de obras de colegio donde decías tu frase y mirabas a tu compañero para darle el pie, me veía de repente con un personaje más complejo y unos diálogos más largos. Fue entonces cuando me pregunté ¿estaré al nivel que esto requiere? ¿habrá una evolución en mí?.
Claudia: Quizás una persona que empezase en la escuela se preguntaría “¿seré capaz de subirme a un escenario? ¿podré abrirme tanto?. También tenemos siempre el miedo a quedarnos en blanco, lleves más o menos tiempo.
Alberto: En mi caso pensé en la impresión que daría a los demás. No sabía si se asociaría el personaje a mi persona, si me sacaría de lo que soy y si, simplemente, empezarían a reírse.
Paula: A mí personalmente no me surgieron dudas, pero sé que cuando ha entrado gente nueva lo que más les inquietaba era subirse al escenario. Sí que tuve ese miedo a quedarse en blanco, a no dar la talla, a no ser capaz de recordar algo de texto o de movimientos y no poder reaccionar improvisando un poco.
Simo: Yo recuerdo que la primera pregunta que me hice fue "¿Estás seguro de que puedes hacer esto, sin liarla parda?" (risas). El miedo a no recordad el texto me ponía muy tenso. Creo que la gente que se inicia en el teatro se hará también esa pregunta y sentirá los mismos miedos.
¿Es importante que el actor o la actriz se sienta cómodo/a con los demás actores que les acompañan en escena?
Claudia: Es importante, pero normalmente se consigue con facilidad. La gente está dispuesta a llevarse bien para hacer el trabajo más fluido.
Alberto: Puede, que como dice Claudia, sea algo natural, pero es importante que el buen feeling siga también fuera de escena. No es que estemos forzados a llevarnos bien para hacer la obra, sino que yo por ejemplo sé que estoy actuando con Claudia y cuando salgo le puedo dar un abrazo. Al final todo se relativiza, pero es verdad que no es lo mismo hacer una escena de lucha con alguien que no conoces.
Rafa: Totalmente, siempre es mejor trabajar en confianza y desde la comodidad. Si no hubiese sido por la confianza que tenemos entre nosotros, estoy seguro de que muchas escenas de diferentes obras no habrían salido adelante.
Paula: Yo creo que en el teatro sobre todo es muy importante. No es lo mismo ir a grabar una escena y luego cada uno por su lado, obviamente si hay buen rollo todo será mejor. Pero en el teatro, con el tiempo de trabajo y ensayos que se requiere para montar una obra es fundamental que haya una buena relación entre los actores, las actrices y todo el equipo que les rodea.
Simo: Para mí eso es una de las cosas más esenciales, ya que si hay comodidad hay confianza. Lo más importante cuando estás sobre el escenario es tener confianza en tus compañeros, para que las cosas fluyan bien.
¿Qué aporta tu persona a la compañía?
Alberto: Todo, mi mejor parte. Creo que aporto el estar siempre ahí. Soy fiel y si alguien me necesita en cualquier momento, estoy disponible.
Rafa: Creo que aporto productividad y rapidez. Se me da bien trabajar bajo presión, por ejemplo, se ha dado el caso en la escuela de tener que preparar para el día siguiente tal música y tenemos tal y tal escena, porque nos han llamado de repente. No es que me guste trabajar bajo presión, pero si surge algún imprevisto y hay que pensar rápido, yo estoy ahí.
Claudia: Yo aporto buen rollo, aunque no esté contenta, siempre muestro mi mejor lado.
Paula: Pienso que lo que más aporto es compromiso, ganas de trabajar, voluntad de hacer de todo, ganas de experimentar y probar cosas nuevas.
Simo: Simo quiere aportar confianza, buen rollo, amistad y energía. Para mí transmitir esto es muy importante.
¿Con qué frase o palabra os definís?
Alberto: Me defino como “amor”. Alberto es amor y da amor.
Rafa: Me definiría (aunque no termina de gustarme, pues me parece algo ególatra) como polifacético.
Claudia: Soy una persona que duda mucho. Claudia es dubitativa.
Paula: Yo soy una persona un tanto insegura, pero no creo que esa palabra sea la que me define. Yo creo que “trabajadora” y “curiosa” me definen en general, pero también dentro de la actuación.
Simo: Yo me defino como alegría porque siempre estoy motivado y con ganas de transmitir la alegría que tengo.
¿Con qué palabra definiríais a vuestros compañeros?
Alberto: Claudia, sería loca, pero en el buen sentido. Rafa sería auténtico y Paula da mucha luz, a ella la ves. Simo es enérgico a patadas, a nivel súper puro.
Rafa: Claudia sería locura, Alberto enérgico y nervioso. Paula es muy meticulosa y muy estructurada y Simo, alegría, lo ves, tienes un mal día y te alegra.
Claudia: Alberto es muy cariñoso, Rafa es polifacético y Paula, muy perfeccionista. Simo es un encanto, alegre y muy feliz.
Paula: Alberto es creatividad, siempre aporta ideas interesantes. Rafa es, como ha dicho Claudia, muy polifacético, de los artistas más completos de la escuela. Claudia es locura, es muy impulsiva, se lanza a lo que sea sin pensar y eso hace que transmita emociones puras. Simo llena con su sonrisa, es positivo y trasmite buen rollo.
Simo: A Claudia yo la definiría como cariñosa, es una persona que siempre me muestra lo buena y cariñosa que es. De Rafa destaca su “rollazo”, ya que me transmite esa sensación de colegueo y de buen feeling. Alberto es energía y pureza, es un chaval con muy buen corazón. Paula me transmite admiración, todo lo que trabaja la energía que le pone a todo, la confianza y el cariño que te transmite, son admirables.
Si os dais cuenta os cuesta definiros, pero esto es lo que aportáis y sois: alegría, locura, organización, energía…
Rafa: Yo creo que todo eso es lo que nos hace ser grupo, es nuestra razón de ser.
Alberto: Es verdad, porque, por ejemplo, cuando decimos que Paula es meticulosa, creo que, si no fuese así, habría escenas que habríamos tardado más en montar (Rafa asiente).
Claudia: A todos nos cuesta definirnos por varias razones, la esencial es que es complicado hacerlo sin que suene ególatra pero la que predomina es que no podemos vernos con nuestros propios ojos y reducirnos a una palabra, somos muchos conceptos enredados y siempre nos será más fácil definir en uno a nuestros compañeros porque es el que predomina en ellos, el que más percibimos.
Paula: Sí, somos todo eso combinado y gracias a ello no solo disfrutamos de lo que hacemos, sino que obtenemos unos resultados muy interesantes.
Simo: Eso es lo que nos hace únicos y que encajemos entre nosotros, porque nos aportamos mucho, tanto en locura, organización y energía, como en alegría y cariño.
Ahora vais a escoger un momento especial para cada uno de vosotros en la Escuela de Teatro de Montilla, que queráis compartir con nuestros lectores.
Rafa: Hay tantos, muchos que me gustan. A mí el “Mesón de la Camacha” me encantó. Era una obra en la que el texto lo teníamos tan trabajado que yo salí a disfrutar. Tampoco había hecho nunca de picarón o ligón, por lo que fue muy divertido. Y los aplausos al finalizar, fueron increíbles.
Me gustaría también compartir otro, la oportunidad que nos dio Ana Contreras a Paula y a mí de ser jefes de regiduría en el Centenario del teatro de nuestro pueblo, el Teatro Garnelo. Se hizo la obra del “Fantasma del Garnelo” y nosotros nos encargamos de la luz, sonido, música. Además, la última semana de ensayos fue súper bonita, los ensayos fueron durante todo el verano, porque la obra se estrenaba en septiembre. La semana de antes estábamos todas las tardes en el teatro, de 17 a 00 de la noche y allí sí que hicimos grupo.
Claudia: El que más me gustó fue cuando hicimos una parte del “Caballero de Olmedo” en el Paseo de Abajo, los micrófonos no iban muy bien y tuvimos que gritar como locos. También me gusta mucho cuando acabamos la obra, ver a mi familia al terminar, me emociona. Con la celebración con mis compañeros empieza el verano para mí.
Alberto: Mi momento especial sucede en todas las obras, esos cinco minutos antes de salir, entre bambalinas, me encanta ver las caras de mis compañeros. Esos últimos abrazos que te das en ese momento, son los abrazos más puros que te puedes dar. Es saber que pase lo que pase, cuando terminemos, nos volveremos a dar otro abrazo, sin importar cómo lo hagas. Demuestra más el abrazo del principio que el del final.
Paula: No es un momento el que quiero compartir concretamente, pero sí unos que se repiten antes y después de cada representación. Desearnos suerte antes de abrir telón, pasarnos la energía, ver en los ojos de tus compañeros y compañeras la confianza que tienen en ti y en tu trabajo, ¿así cómo no va a salir una al 100% al escenario? Y, como no, el momento tras el cierre del telón, a tope de adrenalina y euforia, tras los aplausos llega EL MOMENTO: abrazar a todos, chillar, saltar y llorar de emoción, pero también de pena porque ese momento no se volverá a repetir igual; pero sobre todo de felicidad y orgullo. Acaba todo con el súper abrazo colectivo antes de salir a saludar al público. Eso es la Escuela para mí, y siempre lo va a ser.
Simo: Para mí mi momento especial fue cuando hicimos la primera representación de Yerma. Esos momentos de felicidad en los que me vi envuelto junto a mis compañeros y todo el cariño que me transmitieron, ha sido uno de los mejores recuerdos que tengo.
Habéis hablado de vosotros, pero hay muchas personas más en la compañía, ¿qué palabras sobrevuelan también los ensayos?
Todos: familia y amor. Hemos tenido madres que nos han ayudado y cuidado, como Rosa y Toñi.
Rafa: Recuerdo en el “Caballero de Olmedo” y en la “Isla del Tesoro”, en las que aún los grupos de adultos y jóvenes no actuaban juntos. Ellas venían y nos preguntaba si todos estábamos bien. A Rosa la llamábamos “mamá Rosa”. Realmente, el consejo que te pueden dar ellas, no te lo puede dar nadie.
Alberto: Yo creo que amor maternal, porque, aunque Toñi no es mi madre he sentido a veces que sí lo fuese (risas). También la inocencia de los más pequeños. Tú a lo mejor venías con tus preocupaciones y veías a los pequeños correteando por el escenario y te relajabas un montón.
Rafa: Familia. Cuando terminamos una obra, siempre nos tomamos algo para celebrarlo y es ahí donde se nota el buen rollo que hay en realidad.
Claudia: Yo veo muchas ganas, ganas de llevar adelante un proyecto en el que invertimos muchas horas e ilusión por hacerlo. Nuestras obras llevan una parte de todos nosotros que se unen al diálogo, a las direcciones, son muy personales. La escuela es una familia, personalmente creo que nos queremos y respetamos mucho. Allí ves muchas edades, generaciones diferentes, pero los números se pierden entre bambalinas y en el escenario no existen niños o adultos sino personas movidas por la pasión y ganas de dar lo máximo, de ser auténticas.
Paula: Es eso, somos una familia. Voy a echar tanto de menos a todos y todas... es que ahora mismo no me imagino actuando sin ellos y ellas alrededor.
Simo: Familia. Yo cada vez que voy a un ensayo es como ir a mi hogar. Me encanta que estemos todos juntos, porque son personas que me aportan cosas buenas y sentimientos increíbles. Yo creo que el hecho de que yo sea una persona tan feliz allí es gracias a ellos y a Ana.
Ahora me gustaría presentaros a una nueva compañera de la Escuela de Teatro de Montilla, se llama Ana Contreras y tiene 18 años… Si tuvierais la oportunidad de hablar con esa Ana adolescente, ¿cuáles serían vuestras preguntas? ¿qué querríais saber sobre ella?
Rafa: ¿Con qué finalidad ibas cuando decidiste estudiar arte dramático?
Estudiar Arte Dramático nunca fue una finalidad, ni siquiera una opción. De haber sido así hubiera elegido otra profesión con mayor salida o hubiera cambiado de rumbo cuando todo se complicaba... los artistas nacemos con una visión creativa del mundo que nos rodea diferente a la de los demás y sentimos la necesidad de mostrar, expresar, plasmar al mundo esa visión. Ignorarlo, sería obviar una parte de nuestro ser.
Rafa: ¿Querías formarte como actriz o llegar al triunfo?
DE MAYOR QUERÍA SER TITÁN jajaja... aún recuerdo la primera vez que se encendió esa llama en mí. Vivía en Valencia y un día, por primera vez, fui al teatro con el colegio. Ese día actuaba mi tío Rafa con su Compañía de Teatro PTV-Clowns. Mi madre me dijo. “Hoy irás al teatro con el colegio a ver actuar al tete”. En aquel momento me pareció divertido, lo impactante vino después. Durante la obra ataron a mi tío, junto a otro compañero, a una silla... en ese momento, el suelo se abrió, salieron llamas y ambos, desaparecieron entre ellas. Todo el mundo aplaudió, menos yo, ¡estaba impactada! Así que cuando llegué al colegio me preguntó una de las profesoras: “¿Qué te ocurre Ana?”. A lo que yo le contesté:” Mi tío ha muerto”. Y se lío... llamaron desde el colegio a mi abuela para que viniera a recogerme. Al llegar a casa, ella llamó a mi tío por teléfono, como yo lo había visto perderse entre las llamas pensé; ¡Guauuu! ¡El teléfono de la abuela tiene línea directa con el infierno!. Durante la llamada mi abuela me puso a mi tío para que le escuchara y comprobara que estaba bien, pero a mí aquello no me convenció. Así que decidí hablar con mi madre; ella me explicó que aquello no era real, que era una actuación, las llamas eran efectos de luces rojas y el suelo que se abría era el foso del teatro donde guardaban el atrezzo. Una tarde, tras una actuación, mis padres decidieron llevarme a camerinos a felicitar a toda a la compañía. Mi tío estaba desmaquillándose junto al resto de los actores. De repente todo tenía sentido, y aquello me gustó tanto que seguí asistiendo al teatro con mis padres cada vez que mi tío tenía un nuevo estreno.
En una de esas veces, recuerdo en la salida del teatro escuchar una de las críticas de uno de los espectadores, que decía: “Con todas esas voces lanzadas y esos saltos acrobático parecen TITANES”. En aquel momento, decidí que... DE MAYOR QUERÍA SER TITÁN.
Rafa: ¿Tenías miedo?
Sí, todos lo tienen. Lo importante es armarse de valor para poder realizar nuestros sueños.
Claudia: Si ahora tu Ana adolescente viera todo lo que has conseguido ¿Te sentirías orgullosa de todo lo que has hecho?
Me sorprendería. De adolescente, jamás pensé que me comprometería tanto con este bello arte.
Claudia: ¿Era la carrera de Arte Dramático lo que te esperabas?
Sí, y mucho más. Fue una de las mejores etapas de mi vida.
Claudia: ¿Qué piensas sobre las imposiciones que se realizan a las mujeres en el teatro? por ejemplo, el tema de adelgazar o tener un físico concreto.
La figura femenina como “producto” la encuentro más en la pantalla que en el teatro. De cualquier modo, opino que como en la vida misma tiene que haber de todo.
Claudia: ¿Crees que están al mismo nivel que los hombres a la hora de recibir papeles?
No, existe mayor número de personajes y protagonistas masculinos en los textos que femeninos. ¡Eso tiene que acabar ya! Hay que abrir paso a las nuevas generaciones y alentarlas a que pisen fuerte para ir evolucionando. Hacen falta más mujeres dramaturgas, más mujeres directoras y más mujeres protagonistas de historias.
Alberto: ¿Eres feliz?
(Ana ríe antes de contestar) Bueno, la vida está llena de colores, de emociones... pero podría decirse que he hallado la paz y el equilibrio en esta profesión, y eso es decir mucho en este arte.
Alberto: Si hubieras triunfado a nivel mediático, ¿habrías hecho lo que estás haciendo ahora? ¿Habrías montado tu propia escuela de teatro?
Siempre soñé con montar mi propia Escuela de Teatro, pero no sé qué hubiera ocurrido... me gusta pensar que sí.
Paula: ¿Hay algo que te hubiese gustado hacer, algún proyecto que te hubiera gustado realizar?
Claro, siempre hay algún proyecto que no se llega a emprender y te queda el "y sí.."
Simo: ¿De dónde sacas ese espíritu tan positivo que tienes?
El secreto es hacer lo que amas. Cuando alguien disfruta con su profesión, los demás lo perciben y se genera un clima muy positivo.
Simo: ¿Cuál es el deseo profesional que te gustaría cumplir?
Desearía que en la escuela dispusiéramos de un teatro para que todo el alumnado pudiera entrenar cuerpo, mente y voz en el escenario.
Simo: ¿Cómo te ves a ti misma en el futuro?
Estoy viviendo el presente. En el aquí y ahora... (risas)
¡ Qué preciosidad ! Me ha encantado